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1780, el Quijote de Ibarra

Edición facsímil de la de Ibarra. Edita Gobierno de Aragón.

Tomo I
Tomo II
Tomo III
Tomo IV

 

El original figura con el número 54 en la Iconografía de las ediciones del Quijote, de Manuel Henrich (QT.24): Madrid.- 1780.- Joaquín Ibarra, impresor.- La real Academia Española, editor.-

Cuatro tomos en 4º atlántico.- Contienen, además del texto, tablas, prólogo de la Academia, Vida de Cervantes y análisis del Quijote por don V. de los Ríos, pruebas y documentos, dedicatorias, prólogos, versos y un mapa de parte de España.-

Frontispicios, retrato de Cervantes y 29 láminas dibujadas por Carnicero, J. del Castillo y otros, grabados por Carmona, Moles, Selma y otros.

Primera edición de la Academia.

 

El original figura con el número 60 en la Bibliografía crítica de ediciones del Quijote desde 1605 hasta 1917, de Juan Suñé (QT.58): Cuatro tomos en 4º mayor. En Madrid, por Don Joaquín Ibarra, Impresor de Cámara de S.M. y de la Real Academia. MDCCLXXX.

Con muy buen acuerdo empezó la Academia Española por donde debía empezar, esto es, adoptando el título de El Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha, que fue el que escribió Cervantes, y no el de Vida y Hechos del Ingenioso Cavallero Don Quixote de la Mancha que se puso en la edición impresa en Bruselas en 1662, título que se estampó en todas las ediciones (excepto la de la Imprenta Real, 1668) que se publicaron hasta 1777-78, última que salió a la luz de las prensas de D. Manuel Martin.

Para el texto de la Parte primera se sirvió la Academia de la segunda edición de Juan de la Cuesta (1605), única conocida entonces y tenida por primera, a la que corrige en algunos casos, y en otros, aceptó las enmiendas de la impresión de 1608 del mismo impresor. Para la Parte segunda tomó por modelo la edición Príncipe, aceptando varias de las correcciones y variantes de las impresiones de Valencia (1616), y Londres (1738), y añadiendo otras tan docta corporación, la cual se esmeró mucho en corregir las erratas de impresnta y faltas de puntuación de los textos que siguió, consiguiendo con tales enmiendas que sea el de esta edición, el más correcto y depurado de cuantos se publicaron en los siglos XVII y XVIII; pero no tan expurgado como debiera y era de esperar del primer Cuerpo literario de España.

"Dice D. Leopoldo Rius que el número de láminas que adornan esta edición, además de los 4 frontispicios, es de 29, lo cual hace sospechar que se equivocó, o que el ejemplar que tuvo a la vista estaría incompleto por lo que toca a las láminas, pues el que poseemos y hemos cotejado contiene, además de los 4 frontispicios, 31 láminas, 15 en la Parte Primera y 16 en la segunda, de las cuales 19 fueron dibujadas por Antonio Carnicero, 7 por Joseph del castillo, 2 por Bernardo Barranco, 1 por Joseph Brunete, 1 por Gerónimo Gil y otra por Gregorio Ferro, siendo admirablemente grabadas por Francisco Muntaner, J. Joaquín Fabregat, Fernando Selma, Joaquín Ballester, Manuel Salvador Carmona, Pedro Pascual Moles, Juan Barcelón y Gerónimo A. Gil. De los 4 frontispicios, los que van en los tomos primeros son dibujos de Carnicero, grabados por Selma, y los que figuran en los últimos, fueron dibujados por Pedro Arnal y grabados por Juan de la Cruz. Para acrecentar más el valor artístico de esta edición, se estamparon hermosas viñetas en las cabeceras y remates de los capítulos, que fueron dibujados por Antonio Carnicero, R. Ximeno y Cuesta, y las grabaron Juan Minguet, S. Brieva, M. Brandi, J. Palomino y Juan de la Cruz. El retrato de Cervantes, que sigue después del prólogo de la Academia, es copia del que regaló el Conde del Aguila a dicha corporación; fue dibujado por J. del Castillo y grabado por Manuel Salvador Carmona."

(En las fichas de cada tomo se siguen las descripciones de Suñé).

 

El original figura con el número 57 en el Catálogo Egoscozábal de la colección cervantina de la Biblioteca Nacional (QT.20): El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha. Vida de Miguel de Cervantes y Análisis del Quijote, de Vicente de los Ríos.- Nueva edición corregida por la Real Academia.- Madrid: Joaquín Ibarra, 1780.- 4 v., fol., il., map.

Río y Rico 79.

Egoscozábal, 57.

Henrich, 54.

Suñé, 60.

El éxito de El Quijote pudo ser causa de que no en todos los casos se tuviera especial cuidado al reproducir letra y espíritu de la obra, perpetuando errores y defectos, y llegándose al extremo de alterar el título original. En 1620, en Londres, aparece el primer grabado representando a Don Quijote y Sancho Panza. Desde entonces, fueron muchas las ediciones que se lanzaron a la no siempre fácil tarea de representar las aventuras del Ingenioso Hidalgo y su escudero, sobre todo ya en el siglo XVIII, incurriéndose en algunos casos en anacronismos y falsedades que hoy no dejan de resultar divertidos.

Ante esta situación, en marzo de 1773 la Real Academia Española de la Lengua, creada sesenta años antes, decidió realizar una espléndida edición en cuatro volúmenes en cuarto mayor, que superase a todas las anteriores e indicase el camino verdadero para ediciones sucesivas. La revisión minuciosa, la anotación y la corrección de las numerosas erratas que tenía el texto corrieron a cargo de los académicos Manuel de Lardizábal, Vicente de los Ríos e Ignacio de Hermosilla, a quienes debemos también la Vida de Cervantes, el prólogo, el análisis y el plan cronológico de la novela que acompañan a esta edición.

La obra contó con láminas a toda página dibujadas por: Antonio Carnicero (diecinueve), José del Castillo (siete), Bernardo Barranco (dos), Gregorio Ferro, José Brunete y Jerónimo Gil; que fueron grabadas por Manuel Salvador Carmona, Francisco Muntaner, Fernando Selma, Joaquín Ballester, Jerónimo Gil, Pedro Pascual Moles, Juan Barcelón y José Joaquín Fabregat. Junto a las láminas, se grabaron también dos frontispicios para iniciar cada parte, así como viñetas, remates y frisos que adornan y jalonan toda la obra. Relevante es anotar que la Academia de San Fernando desechó la lámina dibujada por Francisco de Goya e ilustrada por J. J. Fabregat para ilustrar la Aventura del rebuzno.

El resultado de tan colosal empresa fue El Quijote "de Ibarra" o "de la Academia" y fue, sin duda, la mejor edición de la obra realizada hasta entonces. Tan sólo dos años más tarde, en 1782, se reeditaba en un formato más económico, en cuatro tomos en octavo; y en 1787 en seis tomos, respetando en ambos casos el texto original.

El colofón a tan colosal empresa lo puso Tomás López, geógrafo de Su Majestad, a quien se debe la realización de un precioso mapa de la "Ruta de Don Quijote", delineado según las observaciones realizadas sobre el terreno por José de Hermosilla, capitán que fue del Real Cuerpo de Ingenieros.

 

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